PLAZA VIRGEN BLANCA

PLAZA VIRGEN BLANCA
VITORIA

VASCONIA 1972-73

VASCONIA 1972-73
ENTRENADOR: PEPE LASO

sábado, 21 de septiembre de 2013

HABAS Y PATATAS SOBRE UN GRAN CEMENTERIO

Para el año 1823, Vitoria ha duplicado su población con respecto a la que contaba a comienzos de la centuria. El "Voyage pittoresque" del Barón Taylor le asigna 12.000 habitantes. Según esta obra, las hosterías vitorianas eran las más renombradas de España, y las corridas de toros tenían lugar en la Plaza Vieja, llamada la Gran Plaza. La Plaza Nueva -añade Taylor- merece verse en un día de fiesta, "porque los trajes y las costumbres del pueblo español son siempre uno de los más bellos espectáculos de Europa".
Todavía en el campo de la batalla quedaban restos del desastre. Adolphe de Bourgoing, en su libro "L´Espagne-Souvenirs de 1823-33", después de hacer elogios de la capital, de su situación, sus jardines, su plaza y monumentos, añade:
"Inclinemos nuestras frentes al atravesar estos llanos, donde nuestras armas recibieron terrible derrota. Las osamentas de nuestros soldados blanquean en los campos de Gamarra junto a las de sus enemigos, y sobre las colinas que dominan el valle, hacia el oeste, se encuentran todavía armas enroñadas, balas y restos de fusiles".
Le faltó a este francés señalar un detalle curioso. Y es que en los campos de la Llanada, yacían miles de franceses, los aldeanos, indiferentes a la historia, sembraron habas y patatas, dos plantas simbólicas. Las habas eran el homenaje a sus andorgas de "babazorro" y a su apodo tradicional. Las patatas constituían el recuerdo de los vencidos, porque, como es sabido, fueron las tropas de Napoleón las que nos enseñaron a los españoles a comer el sabroso tubérculo, que hasta entonces se daba a los cerdos.
Sacado del libro "Vitoria y los viajeros del siglo romántico" de Jose Maria Iribarren, publicado por la Obra Social de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de la Ciudad de Vitoria. 1950