PENSAMIENTO ALAVÉS 13 OCTUBRE 1956
Nuevo local del Vitoria
Ayer, como en otro lugar de este número informados, tuvo lugar la bendición e inauguración de los nuevos locales del C. D. Vitoria por el Excmo. y Rvdmo Sr. Obispo de la Diócesis a quien vemos bendiciendo los locales, junto al Presidente del club, don Jacinto Fernández. En la fotografía inferior vemos un grupo de autoridades invitadas, asi como algunos representantes de las Sociedades deportivas vitorianas. Con la inauguración de este domicilio social el modesto club vitoriano ha visto hecha realidad una de sus mayores aspiraciones en beneficio de sus socios y simpatizantes.
El Dia del Pilar, bodas
Ayer - y siguiendo tradicional costumbre- fueron muchos los novios que se llevaron al altar. Más de 18 bodas registró nuestro redactor de sociedad y en las notas correspondientes las encuentran ustedes. El fotógrafo "Floren" captó con su objetivo el momento, decisivo momento, en que la bella novia avanza sonriente del brazo de su tio y padrino, capitán Estarrona, hacia el templo en que poco después había de dar el sí. En la foto interior, el más decisivo momento en que los recién casados José Luis Sáez Arregui y Araceli Ortiz de Urbina estampan su firma al pie del documento decisivo.
PLAZA VIRGEN BLANCA
VASCONIA 1972-73
domingo, 30 de septiembre de 2012
martes, 25 de septiembre de 2012
EL UNGÜENTO DE LA BRUJA
Hace varios cientos de años, cuando los alaveses mantenian duras batallas contra los moros que intentaban apropiarse de sus tierras, tuvo lugar un hecho singular. En una ocasión en que los alaveses habían causado un sinfín de bajas en el ejército enemigo y esperaban que éste se rindiese o se retirase se encontraron ante la sorpresa de que, al día siguiente, el ejército árabe era igual de numeroso que la víspera. De nuevo volvieron a luchar y a vencer, dejando el campo lleno de cadáveres pero, al amanecer, el enemigo presentó batalla con el mismo número de soldados.
Una y otra vez ocurría lo mismo hasta que, un día, un soldado alavés decidió averiguar la razón. Después de una batalla, en la que miles de soldados moros habían muerto, y mientras sus compañeros dormían, el joven alavés se quedó de centinela sin perder de vista el campo enemigo.
A medianoche, apareció una sombra que se agachó junto a un moro y cogiendo un poco de ungüento de un gran puchero que llevaba, untó con los dedos las heridas del muerto y al momento éste se levantó como si acabase de dormir una siesta...
El alavés no creía lo que veían sus ojos. Acercandose con sigilo pudo comprobar que se trataba de una bruja que había sido expulsada de Alava debido a sus malas artes y que, para vengarse, vivía con los moros y los resucitaba para que pudiesen vencer a los alaveses.
Sin pensarlo dos veces, el joven cogió su lanza y atraveso con ella a la bruja y al moro. Los dos cayeron muertos. Cogió entonces el puchero y con un poco de ungüento untó la herida de la vieja para ver si realmente funcionaba. Al instante la bruja resucitó y le dijo:
-No me mates, por favor! Yo te enseñare a hacer este ungüento prodigioso...
Pero el soldado sin hacerle caso, le clavó la lanza y la mató definitivamente.
Muy contento por lo que acababa de averiguar, el joven corrió a su campamento y les contó lo que había ocurrido. Los otros no podían creérselo; entonces él les dijo:
-Matadme y luego me untáis bien las heridas con esto ¡ya vereis!
Naturalmente, los soldados no querían hacerlo pero él insistió tanto que al fin le mataron; después le untaron bien con el ungüento y, al punto resucitó.
Rápidamente utilizaron la pócima mágica para resucitar a todos los alaveses que habían muerto los días anteriores y esta vez vencieron a los moros para siempre.
Y, ¿qué pasó con el ungüento? Bueno... se les acabó y no se les ocurrió guardar un poco para hacer más, así que la fórmula mágica se perdió y aunque, después, muchos han sido los que han intentado descubrirla, que nosotros sepamos, nadie lo ha conseguido... todavía.
Sacado del libro ""Leyendas Vascas: Álava" . Recuperación: Itxaropena M. de Lezea. EREIN. 1988.
Una y otra vez ocurría lo mismo hasta que, un día, un soldado alavés decidió averiguar la razón. Después de una batalla, en la que miles de soldados moros habían muerto, y mientras sus compañeros dormían, el joven alavés se quedó de centinela sin perder de vista el campo enemigo.
A medianoche, apareció una sombra que se agachó junto a un moro y cogiendo un poco de ungüento de un gran puchero que llevaba, untó con los dedos las heridas del muerto y al momento éste se levantó como si acabase de dormir una siesta...
El alavés no creía lo que veían sus ojos. Acercandose con sigilo pudo comprobar que se trataba de una bruja que había sido expulsada de Alava debido a sus malas artes y que, para vengarse, vivía con los moros y los resucitaba para que pudiesen vencer a los alaveses.
Sin pensarlo dos veces, el joven cogió su lanza y atraveso con ella a la bruja y al moro. Los dos cayeron muertos. Cogió entonces el puchero y con un poco de ungüento untó la herida de la vieja para ver si realmente funcionaba. Al instante la bruja resucitó y le dijo:
-No me mates, por favor! Yo te enseñare a hacer este ungüento prodigioso...
Pero el soldado sin hacerle caso, le clavó la lanza y la mató definitivamente.
Muy contento por lo que acababa de averiguar, el joven corrió a su campamento y les contó lo que había ocurrido. Los otros no podían creérselo; entonces él les dijo:
-Matadme y luego me untáis bien las heridas con esto ¡ya vereis!
Naturalmente, los soldados no querían hacerlo pero él insistió tanto que al fin le mataron; después le untaron bien con el ungüento y, al punto resucitó.
Rápidamente utilizaron la pócima mágica para resucitar a todos los alaveses que habían muerto los días anteriores y esta vez vencieron a los moros para siempre.
Y, ¿qué pasó con el ungüento? Bueno... se les acabó y no se les ocurrió guardar un poco para hacer más, así que la fórmula mágica se perdió y aunque, después, muchos han sido los que han intentado descubrirla, que nosotros sepamos, nadie lo ha conseguido... todavía.
Sacado del libro ""Leyendas Vascas: Álava" . Recuperación: Itxaropena M. de Lezea. EREIN. 1988.
sábado, 22 de septiembre de 2012
LA REVUELTA CONTRA MÓDENES
En 1804 se produce en Vitoria una revuelta popular que rompe la aparente tranquilidad que vivía la provincia en este período de entreguerras. El hecho coincide en el tiempo, y en cierto modo también en las formas, con la "zamacolada" bilbaina, y con otros movimientos de contestación que se dan en Guipúzcoa.
El conflicto surge a resultas del nombramiento como gobernador de Aduanas de Juan Módenes. Este, desde un principio se va a enfrentar al pujante grupo de los comerciantes vitorianos. Esta circunstancia, junto con el hecho del continuo hostigamiento al comercio de mercancias va a determinar que el 14 de febrero se produzca una revuelta que sólo los buenos oficios del alcalde y del diputado general lograran apaciguar.
Juan Módenes será rápidamente depuesto de su cargo.
En el fondo de este hecho se encuentra la presión del comercio contra las medidas que le son adversas, asi como el descontento generalizado del pueblo debido a la escasa honorabilidad de un cargo público de que hacía gala el mencionado gobernador de Aduanas.
Sacado del Tomo 3 de "Alava en sus manos". Caja Provincial de Alava. 1983
El conflicto surge a resultas del nombramiento como gobernador de Aduanas de Juan Módenes. Este, desde un principio se va a enfrentar al pujante grupo de los comerciantes vitorianos. Esta circunstancia, junto con el hecho del continuo hostigamiento al comercio de mercancias va a determinar que el 14 de febrero se produzca una revuelta que sólo los buenos oficios del alcalde y del diputado general lograran apaciguar.
Juan Módenes será rápidamente depuesto de su cargo.
En el fondo de este hecho se encuentra la presión del comercio contra las medidas que le son adversas, asi como el descontento generalizado del pueblo debido a la escasa honorabilidad de un cargo público de que hacía gala el mencionado gobernador de Aduanas.
Sacado del Tomo 3 de "Alava en sus manos". Caja Provincial de Alava. 1983
Suscribirse a:
Entradas (Atom)