En la batalla es digna de recordarse muy particularmente la conducta del teniente coronel Cadogan. Herido mortalmente en el asalto a los montes de Vitoria, se dio orden de sacarle del campo para curarle, pero Cadogan se opusó: No- dijo- mi muerte es ya segura y muy cercana; dejadme que acabe mi vida con el placer de ver la continuación de nuestro triunfo. Llevadme a una altura desde donde pueda verlo. Tal como pidió se hizó, y expiró después de expresar su satisfacción por haber sacrificado su vida en defensa de tan justa causa.
P.D. El espíritu de Cadogan aparece, también, en los cuentos de "Harry Potter"
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